Todos valoramos la confianza, un valor extremadamente preciado para los seres humanos, que se desdibuja por completo por otro acto miserable: "la traición". A lo largo de la historia de la humanidad siempre habrá traidores. Siempre habrá personajes que se infiltran entre nosotros, pero que responden a otra causa. Estuvieron, están y seguirán, sin lugar a dudas. Personas que, sin ningún escrúpulo, traicionan a los que confiaron en ellos, a familiares, a sus amigos, a la patria.
Para los que somos cristianos, nunca nos olvidaremos de Judas Iscariote, que por "30 monedas" traicionó a Jesús.
Otra sorprendente traición en la vieja historia de la humanidad, fue la de Marcus Junius Brutus. Opositor asérrimo de Pompeyo, se reconcilia con este, cuando César invade Italia. Durante la Guerra Civil Romana, César derrota a Pompeyo, en la batalla de Farlasia, y Brutus fue tomado prisionero. Por influencia de la madre de Brutus, César, lo perdonó. Desde allí se convirtió en un miembro del sacerdocio de alto nivel. Lo designa pretor en el norte de la actual Italia junto a Cayo Casio. Con falsas cartas, Casio, lo usó para asesinar, con otros senadores, a César. A quien perdonó y le había dado toda su confianza, las últimas palabras de Cesar: "¿Incluso tú, Brutus?".
No tan lejos en la historia, un personaje de la historia argentina, venerado por muchos y odiado por otros, dijo: "Yo tenía un perro que se llamaba León y cuando lo llamaba...¡León, León!... y León venía. Pero yo sabía que no era un león, sino un perro. Lo mismo pasa con algunos que se llaman peronistas, yo los llamo y vienen, pero yo sé que no son peronistas".
Perón no habla de ninguno en particular, sino de todos los que se disfrazan de leones y son perros.
Ahora esto me llama a la reflexión de quiénes son los traidores.
Traidor es el sindicalista que coimea o hace sus arreglos personales, en desmedro de sus representados. El sindicalista que se perpetúa en el poder desbaratando todo intento de una lista opositora, usando todas las sucias herramientas que uno se pueda imaginar.
Traidor es el político que se abre en abanico, en alianzas que van en contra de la ideología partidaria. a costa de no perder su lugar de poder.
Traidor es el empresario que mira a sus obreros como un gasto, como un número más, y que no tiene ningún tipo de miramiento cuando te despide.
Traidor es aquel compañero de trabajo que te saca información para vomitarlo a los jefes, por el solo hecho de tener prebendas especiales.
El policía que vive en connivencia con el delincuente.
Las fuerzas de seguridad que reprimen a los que tienen que cuidar.
El cipayo que responde a intereses foráneos. El que le pone precio a su inmoralidad. El que, a pesar de pertenecer a un país soberano, da rienda suelta a los mandatos de afuera. El que se vende por "30 monedas".
También traidor es el Juez que beneficia a las corporaciones y políticos de turno.
El que miente descaradamente cuando sabemos que, a ciencia cierta, está vendiendo o hipotecando tu futuro.
Traidor es el que se pasa la vida calumniando y presentando denuncias ante jueces sin tener pruebas, solo por el hecho de ensuciar, de dejar mal parado al opositor.
El que inventa una parafrernaria mentira, para defenestrar al oponente.
Traidor es el político que te miente en la campaña y en el gobierno hace todo lo contrario.
Traidores son los servicios de inteligencia, de afuera y de adentro, que, a nombre de responder a sus intereses, te vigilan, asesinan y crean confusión para culpar a quienes les son molestos.
No se olviden que los poderosos jamás estarán "a favor del pueblo", ellos buscan, solamente, su provecho y harán todo lo que sea necesario para conseguirlo.
Todo aquel que quiere reivindicar tus derechos, al trabajo digno, a la salud y educación gratuita, a la igualdad, a que vivas como ser humano y no como esclavo, son enemigos de los grandes poderes económicos y hay que exterminarlos. Y son letales llevando a cabo su propósito, usando cualquier medio que tengan a su alcance. Si no les alcanza con los medios de comunicación, te hacen desaparecer de la forma más conveniente.
Pero, reflexionando un poco más, "el traidor más desagradable" es el que TRAICIONA A LA PATRIA. Ese, no tiene perdón.
